Redarquía: La clave para adaptarse a las nuevas generaciones.

Si bien las jerarquías pueden ser estructuras factibles para los desafíos tácticos, tienen una capacidad limitada para detectar peligros y oportunidades rápidamente, formular ágilmente opciones estratégicas y ejecutar rápidamente las acciones apropiadas.

Las empresas tienen problemas para mantenerse al día con la velocidad del cambio, porque sus sistemas de gestión jerárquicos están diseñados para la eficiencia en lugar de la agilidad estratégica.

Es aquí donde entra la Redarquía, un modelo de organización del trabajo, colaborativo y en red, en el cual cualquier persona, más allá de su posición, puede tomar la iniciativa y puede innovar. Esto no significa dejar de lado la estructura organizacional, sino más bien hacer una combinación de ambas (organizaciones duales). La organización en red y la jerarquía deben ser inseparables, con un flujo constante de información y actividad entre ellos.

En lo relacional se debe ir del ejercicio de la autoridad (Jerarquía) al ejercicio del Liderazgo (Redarquía), movilizando a las personas para conseguir resultados extraordinarios y acelerar la estrategia. Posibilitando valores como la colaboración, el compromiso, la transparencia, la creatividad y la innovación, como principios fundamentales en las organizaciones, lo que permitirá el despliegue del alto desempeño.