La Voz de la Experiencia (A propósito del día del adulto mayor)

Vivimos en una sociedad en donde todo cambia y avanza muy rápido, y en donde cada vez valoramos más “lo nuevo”. La nueva tecnología, los nuevos descubrimientos científicos, las innovaciones, las nuevas ideas y, las nuevas generaciones.

Pero ¿qué sucede con la experiencia? ¿Por qué la trayectoria y sabiduría de los adultos mayores no es valorada por nuestra cultura OCCIDENTAL? Y remarcamos la palabra occidental, ya que en el Oriente, en países como Corea del sur, Japón y China, la historia es un poco diferente.

Hace algunos días, específicamente el 1ro de Octubre, fue el día del Adulto Mayor, y al ver cómo muy pocas empresas conmemoraron este día, y las que lo hicieron plasmaron a los adultos mayores como “seres indefensos” es que nos dejó reflexionando:

¿Realmente los adultos mayores no tienen nada que aportar al mundo empresarial?

Como empresarios y consultores, creemos firmemente que es necesario e mprescindible para las empresas el contar con equipos diversos en donde las nuevas generaciones, como Millennials y Centennials, sean capaces de coexistir con personas de la Generación X y Baby Boomers.

No sirve solamente tener pautas, reglas, procedimientos y consejos establecidos por generaciones anteriores. Es importante que aquellas personas que ya han recorrido el “camino del trabajo” puedan guiar a los nuevos talentos no sólo de manera teórica, sino que enseñando in situ de manera práctica, y que a su vez, “los nuevos” mantengan actualizados y vigentes a los expertos.

En muchas empresas familiares, más de tamaño mediano o pequeño, esa experiencia se valora y atesora. Ahí el error más bien es no transmitir esa experiencia a las generaciones siguientes y depender en exceso de esa persona, que queda “prisionera” de esa experiencia.

En muchas organizaciones japonesas se va programando el retiro de las personas con más experiencia, transitando gradualmente (a lo largo de varios años incluso) desde el rol laboral de experiencia hacia uno de mentoría y asesoría y sólo se retira definitivamente una vez que los aprendices están preparados para “tomar la posta”.

“Todos podemos aprender de las experiencias de los demás. Nos enriquecen, nos aportan un conocimiento que no tenemos. Nos ayudan a abrir nuestra mente. Para esto, tenemos que estar dispuestos a escuchar sin juzgar. Pero, sobre todo, tenemos que aventurarnos a experimentar por nuestra cuenta todo lo que podamos. Porque esto nos aportará la mayor de las riquezas.” (La Mente es Maravillosa).