
¿Cuáles son las oportunidades desde el valor compartido para las empresas de contribuir a afrontar el cambio climático?
“La celebración de COP27 en la ciudad verde de Sharm El-Sheikh este año, marca el aniversario número 30 de la adopción de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. En las 3 décadas transcurridos desde entonces, el mundo ha recorrido un largo camino en la lucha contra el cambio climático y sus impactos negativos en nuestro planeta: ahora podemos comprender mejor la ciencia detrás del cambio climático, evaluar mejor sus impactos y desarrollar mejores herramientas para abordar sus causas y consecuencias.” (Presidente Abdel Fattah El- Sisi).
Este año, la Conferencia de las Naciones Unidas Contra el Cambio Climático se está realizando en Egipto del 6 al 18 de Noviembre de 2022. El foco de este año es renovar la solidaridad entre los países para cumplir el histórico Acuerdo de París Naciones Unidas, además de adoptar medidas en ciertas cuestiones esenciales para hacer frente a la emergencia climática, que incluyen desde la reducción urgente de las emisiones de gases de efecto invernadero, el fortalecimiento de la resiliencia y la adaptación a las consecuencias inevitables del cambio climático, hasta el cumplimiento de los compromisos de financiación de la acción climática en los países en vías de desarrollo.
Entonces, si el foco de COP27 es hacer frente al cambio climático, ¿cómo podemos ayudar generando valor compartido? Para responder a esta pregunta, primero que nada debemos entender que el”valor compartido” consiste, en pocas palabras, en buscar el éxito de los negocios creando beneficios sociales. Este concepto, a diferencia de la responsabilidad social empresarial (RSE), considera que el bienestar colectivo es el motor de la innovación para obtener una mayor viabilidad y, además, tiene una ventaja competitiva: no pide que las empresas compensen los daños ocasionados o redistribuyan los ingresos obtenidos a expensas de la sociedad, sino en beneficio de la misma. Lo maravilloso de generar valor compartido es que se genera una cultura de ganar-ganar, en donde las empresas necesitan una sociedad próspera y la sociedad necesita empresas prósperas.
En los premios AVONNI, a la innovación, entregados el Jueves 10 de Noviembre (ver Cuerpo Innovación de “El Mercurio”) se destaca la enorme cantidad de proyectos con énfasis en la sustentabilidad y el impacto. Como señala Marisa Cominetti, coordinadora periodística de este suplemento semanal del diario, “Fue muy llamativo que este año todos los proyectos buscan vincularse con Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) e impactar en materia ambiental y social.”

O el caso de Aymapu, premiado por la CCAF Los Andes en esta ceremonia, que es una fábrica de papel 100% reciclado, libre de químicos, ácidos y blanqueadores, y que entre sus diversos productos tiene una línea de papel que una vez usado se siembra y GERMINA!! ¡¡GENIAL!! ¿Y de dónde obtienen el papel reciclado? De los recicladores de base, a los que les pagan CUATRO VECES (sí, leyeron bien) el precio de mercado por kilo de papel. Y les ayudan a superar problemas como adicciones, educación incompleta, falta de acceso a vivienda propia, u otros similares, lo que les permitirá salir de la pobreza. Y el modelo de empresa sigue siendo rentable.
Y detrás de cada uno de estos proyectos hay una iniciativa de carácter empresarial. Un caso que nos gustaría destacar es el de Apolinaria García, una investigadora, bioquímica y microbióloga de la Universidad de Concepción, que desarrolló una solución para enfermedades cuyo principal factor de riesgo es su potencial para generar cáncer gástrico. Una vez desarrollada esta solución, fue transferida a la empresa nacional Liva Company, con mercado internacional donde podrán vender la cepa desarrollada. Es un ejemplo de integración universidad – empresa, buscando dar solución a un problema de salud pública.

Podríamos citar más ejemplos, pero en definitiva los proyectos premiados en AVONNI muestran que es posible conciliar la actividad empresarial con el cuidado del medio ambiente y con el impacto social, sin morir en el intento.
He aquí una forma concreta e, insistimos, rentable de contribuir a los objetivos asociados al cambio climático.
Y tú, ¿qué aportes empresariales puedes sugerir para frenar el cambio climático?
Te leemos